





Patricia Mateo García
” Los espejos cumplen una función en relación con el espacio restante.
Crean un espacio de ilusión o por el contrario otro espacio real y perfecto.
“El espejo es una utopía, pues es un lugar, pero es igualmente una heterotopía en la medida en que el espejo existe realmente y en virtud de que tiene una especie de efecto recíproco con respecto al lugar que ocupo.
A partir de esa mirada que en cierto modo se dirige a mi, desde el fondo de ese espacio virtual que es el otro lado del espejo, vuelvo a mi y vuelvo a dirigir la vista hacia mi mismo y a reconstruirme aquí donde estoy”.
M. FOUCAULT
La era actual de las telecomunicaciones nos sumerge cada vez más en una comunicación no directa sino a través del ordenador.
Internet pone a nuestro alcance la posibilidad de reinventar nuestro perfil ofreciendo una imagen diferente a los demás, otro yo.
Mis espejos pretenden concienciar con espectadores pintados y espectadores que no lo son, simplemente integrados con su reflejo en momentos fugaces que los lleva a una actualización constante.
Utilizo fotografías que hago a la gente de mi entorno, gente de la calle cercana, y en otros casos hago cercana, de una manera lúdica, a la gente que no vemos como tal (Reina Isabel II).
Trato de concienciar desde la sonrisa y el juego. El espejo ha sido siempre un objeto con el que jugar, con el que hemos hablado, bailado, cantado.
Hemos hecho muecas y nos ha ayudado a conocernos a nosotros mismos.
El espejo nos enfrenta a una realidad constante con el reflejo de nuestra imagen, es cómplice mudo pero real, donde puedes utilizar la realidad, a su vez, para soñar.
A ellos puedes incorporarte o pasar a ser el observador observado.
El espejo pasa a ser un soporte imprescindible en mi pintura y por ello busco medios que lo imiten para poder trabajar en grandes formatos que me ayudan a integrar más al espectador no pintado.
Pinto en él directamente con el óleo, sin dibujar, corrigiendo con los pinceles continuamente.
Todo ésto me va dirigiendo hacia la escenografía, a los efectos especiales, me lleva a querer intentar crear situaciones inesperadas.
Incorporar elementos reales que estén adheridos al cuadro, donde la situación pintada y la real se unan.
Confundir, crear vida en el espejo, crear vida virtual y real donde ambas se mezclen y donde se confundan las realidades.
Jugar como Diego Velazquez en su cuadro “Las Meninas”.
¿Cuál es la situación real, la pintada o la observada?
Crear en resumen una realidad virtual que ayude a encontrar nuestra propia imagen.