Eva es miembro fundador de la Asociación Cultural La Nevera de Lavapiés junto con Guillermo donde realizan una serie de talleres muy interesantes. www.facebook.com/laneveradelavapies
Lavapiés es un barrio donde confluyen muchos artistas ¿el hecho de que tu taller esté aquí es una elección o una casualidad?
EZ: En 2016 cumpliremos cuatro años en Lavapiés y no llegamos aquí por casualidad. Estuvimos mirando pisos por la zona y los alquileres estaban carísimos a la vez que mogollón de locales se estaban cerrando. Vimos una oferta que nos interesó, hablamos con el casero, que es encantador, y nos lo dejó a muy buen precio porque éramos artistas. Ese local se convirtió en mi primer estudio.
¿Crees que el barrio tiene una influencia sobre tu obra?
Tiene una influencia brutal, sobre todo porque doy clases y me gusta implicar a los alumnos con el barrio. Me gusta retratar a la gente de la calle Cabestreros. Cada vez se están abriendo más negocios aquí: de baile, el cubano de aquí abajo, las chicas de la Taquería, ahora han abierto lo del Zombie y otro que se llama la Casa de los Artistas. Quiero que mis alumnos no pinten a gente famosa, sino a la gente que vive en el barrio, entonces hay una implicación muy directa.
Y en mi trabajo personal también, el barrio es fundamental. Si estuviese en Plaza de Castilla por ejemplo, no sería lo mismo, lo veo inviable. Este barrio es muy cálido y acogedor. Dicen que es muy conflictivo pero, personalmente, nunca he tenido problema con la gente. No podría hacer este trabajo en otro lugar.
Es verdad que todavía el barrio tiene mala fama. Unos visitantes de Los Artistas del Barrio nos contaron que antes de participar en el evento pensaban Lavapiés era una zona peligrosa.
Efectivamente, algunos amigos míos me decían «¿Pero cómo vas a ir a vivir allí?» o «¿Cómo sales por allí de fiesta hasta las 6 de la mañana en el Candela? ¡Por favor, te va a pasar algo! ¡Te van a meter un electrodo por la oreja!» Nunca me ha pasado nada.
Personalmente, he visto mas peleas en Bruselas, mi ciudad natal, que aquí en Lavapiés.
Claro, quien viene se da cuenta que es una maravilla.
«Quiero que mis alumnos no pinten a gente famosa, sino a la gente que vive en el barrio»
Los Artistas del Barrio da al público la oportunidad de conocer al artista. Y desde tu punto de vista, ¿cuál es el interés para el artista de conocer a su público?
Normalmente en tu estudio sólo entran tus amigos y familiares. El hecho de abrir este espacio sagrado a otras personas, y que lo vean otros ojos, te permite ver tu trabajo en esos ojos; te aporta otras perspectivas. En general la acogida es estupenda y al ver a la gente tan entusiasmada, te quedas encantada también.
¿Cuál es la pregunta que más te hacen los visitantes de Los Artistas del Barrio?
«¿Cuánto tiempo llevas aquí?» Una cosa que pasa mucho en Lavapiés es que no sales de tu manzana y, de repente, descubres a otro artista que vive al lado.
Los Artistas del Barrio convocan también a otros artistas de tu zona que se sorprenden al darse cuenta que nunca te habían visto antes. De repente los artistas salen por todos lados, me encanta.
Con respecto a mi obra, lo que más me preguntan es «¿Qué quieres decir con esto?» [se ríe].
Cuéntanos una anécdota sobre Los Artistas del Barrio.
En la última edición en la que participamos, hicimos bodypainting. Vino muchísima gente y todos empezaron a desnudarse. Había personas que no conocíamos de nada y se empezaron todos a pintar, incluída yo. A las once de la noche desalojamos y nos fuimos todos pintados a tomar cervezas por Argumosa. Estuvo genial.
«En la última edición en la que participamos, hicimos bodypainting. Vino muchísima gente y todos empezaron a desnudarse»
7 preguntas a Eva Zaragoza
Si pudieras exponer una de tus obras en un lugar público del barrio, ¿cual sería?
Me gustaría intervenir en la plaza de Cabestreros. A veces he querido forrar la calle de papel para que podamos dibujar todos sin límite de espacio, que puedas correr con el lapicero.
¿Qué obra de arte existente te hubiera gustado realizar?
Nancy Spero tiene unas acuarelas preciosas.
¿Qué gran proyecto tienes en el cajón y todavía no lo has sacado?
Los grandes proyectos no se piensan se hacen. Estoy en ello. Engloba arte y educación repensando lo que los une, los separa y trabajando a diario en pequeñas fases. Me interesan los opuestos en este proyecto, los límites que separan lo que está dentro y de lo que está fuera del mundo del arte, la educación institucional y la no formal, lo legal e ilegal, el ciudadano político y la apología a la individualidad..
Te ofrecemos un viaje al pasado. ¿Qué época te gustaría visitar?
Me hubiera gustado ver el Machu Picchu con la gente habitándolo.
Si tuvieras que dejar tu disciplina por otra, ¿cuál sería?
Me gustaría ser música, pero soy fatal.
¿Cuál es la última película / el último libro / disco que te gustó?
«Roberto Alcázar, supongo», de mi amigo Alberto Masa, y «Que no muera la aspidistra», de George Orwell.
¿En qué bar te podríamos encontrar una noche cualquiera?
En el bar cubano «El Rincón de Marco» o en «La Taquería» de la calle Cabestreros, para que veas que no me muevo mucho de la zona. Si no, en cualquiera de las terrazas de la calle Argumosa, especialmente «La Playa» o «La Revuelta».
«Me gustaría intervenir en la plaza de Cabestreros. A veces he querido forrar la calle de papel para que podamos dibujar todos sin límite de espacio, que puedas correr con el lapicero.»
Entrevista por Sébastien Rouyet – Fotos por Carlotta Escribano